Prueba A. Gallinal
Con la Prueba Alberto Gallinal, o prueba de rienda, se trata de comprobar las condiciones propias y de adiestramiento de un animal de trabajo. Éste debe demostrar habilidad, docilidad, tranquilidad y compenetración con el jinete.
Sus movimientos no deben ser exagerados ni desordenados y el jinete no debe hacer uso excesivo de ayudas ni brusquedad en el manejo.
En las pruebas que requieran velocidad se debe dar preferencia a la corrección del movimiento sobre la misma. La velocidad debe ser controlada, de tal manera que le permita poner exigencia al movimiento sin perder el control sobre el mismo.
En líneas generales los ejercicios deben ser hechos con precisión, potencia y el animal debe mantener el equilibrio en todo momento. Cada movimiento debe ser hecho con franqueza, ritmo, flexibilidad, buen pie, coordinación y agilidad.
También el caballo debe estar bien reunido, trasladando el centro de gravedad al tercio posterior del cuerpo, aliviando el frente, metiendo las patas, logrando así una mejor impulsión. Todo el tiempo el caballo debe mantener una buena colocación de cabeza y cuello. Se castigarán las reacciones.